Koldobi Velasco (Redesscan): “Los detalles sórdidos que se van conociendo del Pelotazo Las Teresitas son verdaderamente pornográficos”
Una cuestión a tener en cuenta para comprender el grado de putrefacción que ha alcanzado nuestra sociedad actual es el absoluto control de los medios de comunicación logrado por las redes de poder
SB-Noticias.- Koldobi Velasco, profesora universitaria, miembro de la Red Canaria en Defensa del Sistema Público de Servicios Sociales (Redesscan) y destacada activista social, analizó en La Trapera de Radio San Borondón el papel que juegan actualmente en nuestra sociedad los grandes medios de comunicación como elementos desvirtuadores de la realidad en defensa de los intereses de los poderes políticos y empresariales que los controlan y advierte que desgraciadamente los grandes medios simplemente replican el mensaje que a las personas y las empresas que están dominando el mundo les interesa para perpetuar su posición privilegiada.
Koldobi Velasco dijo que es una auténtica pornografía el presenciar a diario cómo muchos de nuestros representantes políticos siguen inmersos en la carrera por mostrar la opulencia en la que han vivido gracias a su posición de poder pese a la que está cayendo para la inmensa mayoría de la sociedad española y canaria, como ocurre con todo lo que se va conociendo de los detalles sórdidos que se escondían tras la operación de compra-venta de Las Teresitas tras el levantamiento del secreto de sumario y las informaciones que se publican sobre el extraño patrimonio del ex alcalde de Santa Cruz y ahora senador, Miguel Zerolo.
Afirma que una cuestión a tener muy en cuenta para comprender el grado de putrefacción que ha alcanzado nuestra sociedad actual, permisiva al máximo con la corrupción política, es el casi absoluto control de los medios de comunicación logrado por las redes de poder, hablamos tanto de determinados personajes políticos, como de empresarios implicados en escándalos, que han visto en la censura informativa su mejor herramienta de defensa ante hechos indefendibles si los medios de comunicación fueran libres, independientes y tuvieran la ética periodística por bandera.
Desde su punto de vista, los grandes medios de comunicación simplemente replican el mensaje que a las personas y las empresas que están dominando el mundo les interesa para perpetuar su posición privilegiada, generando una opinión completamente alienada de la mayoría de la población, que hace que los ciudadanos sigan consumiendo determinados productos, votando a determinados partidos, lo que sin duda pone de manifiesto el magnífico entramado tejido para que haya cada vez menos discrepancia y la que haya se criminalice y se persiga.
Opina que es una tarea muy importante tratar por todos los medios recuperar la libertad de comunicación y expresión porque son elementos que pueden permitir al conjunto de la sociedad el poder abrir los ojos de una manera distinta y poder tomar conciencia de la realidad cuando podemos tener oportunidad de conocer otro tipo de informaciones que nos hagan ser más críticos que en la actualidad y nos ayude a los ciudadanos a posicionarnos en rebeldía para revertir la actual situación.
Velasco se mostró muy disgustada al constatar que la situación, lejos de mejorar, sigue empeorando tras las medidas de recortes impuestas por el nuevo gobierno del Estado y destaca que las medidas del gabinete de Rajoy son de auténtico terror para el mundo de la justicia social y añade que las cosas, evidentemente irán a peor, porque se ponen las cosas para que así ocurra, como la congelación del salario mínimo interprofesional, lo que afecta a más de dos millones de españoles a los que se deja en un salario mínimo miserable, algo que en el caso de las islas es mucho más preocupante si tenemos en cuenta que tenemos la cesta de la compra más cara y los salarios más bajos.
Afirma que una cuestión a tener muy en cuenta para comprender el grado de putrefacción que ha alcanzado nuestra sociedad actual, permisiva al máximo con la corrupción política, es el casi absoluto control de los medios de comunicación logrado por las redes de poder, hablamos tanto de determinados personajes políticos, como de empresarios implicados en escándalos, que han visto en la censura informativa su mejor herramienta de defensa ante hechos indefendibles si los medios de comunicación fueran libres, independientes y tuvieran la ética periodística por bandera.
Desde su punto de vista, los grandes medios de comunicación simplemente replican el mensaje que a las personas y las empresas que están dominando el mundo les interesa para perpetuar su posición privilegiada, generando una opinión completamente alienada de la mayoría de la población, que hace que los ciudadanos sigan consumiendo determinados productos, votando a determinados partidos, lo que sin duda pone de manifiesto el magnífico entramado tejido para que haya cada vez menos discrepancia y la que haya se criminalice y se persiga.
Opina que es una tarea muy importante tratar por todos los medios recuperar la libertad de comunicación y expresión porque son elementos que pueden permitir al conjunto de la sociedad el poder abrir los ojos de una manera distinta y poder tomar conciencia de la realidad cuando podemos tener oportunidad de conocer otro tipo de informaciones que nos hagan ser más críticos que en la actualidad y nos ayude a los ciudadanos a posicionarnos en rebeldía para revertir la actual situación.
Velasco se mostró muy disgustada al constatar que la situación, lejos de mejorar, sigue empeorando tras las medidas de recortes impuestas por el nuevo gobierno del Estado y destaca que las medidas del gabinete de Rajoy son de auténtico terror para el mundo de la justicia social y añade que las cosas, evidentemente irán a peor, porque se ponen las cosas para que así ocurra, como la congelación del salario mínimo interprofesional, lo que afecta a más de dos millones de españoles a los que se deja en un salario mínimo miserable, algo que en el caso de las islas es mucho más preocupante si tenemos en cuenta que tenemos la cesta de la compra más cara y los salarios más bajos.
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