11'30H delante del IMAS (INSTITUTO
MUNICIPAL DE ATENCIÓN SOCIAL) del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en la C/ Castillo esquina con Pedro Alcántara.
La Plataforma por la Dignidad, REDESSCAN y los Puntos de Información
de Derechos Sociales del CSO Taucho y La Casa de La Orotava, les convocan a una
CONCENTRACIÓN para presentar nuestra Campaña "Contra la falta de Transparencia y Carencias en la Gestión de
los Bancos de Alimentos", así como el abandono que sufren las
personas excluidas por parte de las instituciones.
Aprovecharemos para seguir con la recogida de firmas por la ILP de la Renta Básica, una auténtica alternativa a la caridad
y el asistencialismo institucionales y también llevaremos a cabo una rueda de
prensa.
Nuestra
denuncia para esta campaña la recogemos en este texto:
Unos 45.000 hogares en Canarias no perciben ningún ingreso, en todos y
cada uno de ellos viven personas que a diario deben 'buscarse la vida' para
poder comer, mientras que los salarios y pensiones de miseria impiden llegar a
final de mes a otros 125.000 hogares que también viven bajo el umbral de la
pobreza. Los colectivos sociales que firmamos este comunicado llevamos tiempo
denunciando que las ayudas sociales (la PCI y el resto de ayudas de emergencia
social) llegan a una parte ridícula de todas las personas y familias que
cumplen con los requisitos (y lo necesitan). Que cuando llegan lo hacen tarde y
siempre tras varios meses de papeleo, colas, itinerarios de integración laboral
sin ningún resultado, todo esto acompañado de la fiscalización de la vida de
las personas por parte de los servicios sociales y la estigmatización de la
pobreza.
El problema es
que las personas necesitamos comer todos los días, y cuando no hay ingresos y
las ayudas de las instituciones no llegan, sólo queda el apoyo de familia y
amistades y, en última instancia, entrar en la rueda de la caridad. Caridad de
las instituciones en forma de ayuda o derivación de alimentos, los cada vez mas
escasos bonos de guagua y la fe en que puedan ayudarte con la factura de las
medicinas, del agua o del alquiler, en todos los casos tras una considerable
espera y haber demostrado que eres pobre de solemnidad, para lo que tienes que
superar una prueba difícil y dolorosa para quien vive en situación de exclusión.
Una caridad que
pasa por acudir a ONGs como Cruz Roja, Cáritas, el Banco de Alimentos y sus
asociaciones vinculadas, a pedir ayuda en forma de alimentos y en algunos casos
también ayudas para el pago de algunos recibos de suministros. De nuevo, el
interrogatorio sobre tu situación personal, la entrega de la imprescindible
documentación que demuestra tu condición de empobrecida (ya entregada en los
servicios sociales para poder acceder a la ONG), las colas, el cansancio... y
finalmente, la última decepción: productos que no son de primera necesidad,
están a punto de caducar o ya han caducado. Está
ocurriendo en los puntos de recogida de alimentos que la 'cesta' no alcanza
para que se alimente una familia, no se cumple la normativa sanitaria que rige
para los alimentos que se venden en las tiendas o se duplica la entrega de
datos personales sin las garantías necesarias de privacidad
Las personas
empobrecidas son tratadas como ciudadanos de segunda, no sólo porque tienen una
cartilla sanitaria para pobres o nunca podrán acceder a la misma educación que
tienen quienes pueden pagarla, también hay una comida para pobres. Nos
preguntamos como se distribuyen entre estas decenas de miles de hogares bajo el
umbral de la pobreza las decenas de miles de toneladas de alimentos que llegan
a los Bancos de Alimentos de Canarias a través de donaciones de la UE, de
instituciones, de empresas, de particulares, de campañas y maratones. Parece
que el interés y la eficiencia de los bancos de alimentos reside únicamente en
su capacidad (virtud) para recibir y almacenar mercancía.
Tampoco nos
explicamos como los bancos de alimentos no son gestionados directamente por las
administraciones públicas, sino a través de organizaciones 'sin ánimo de
lucro', vinculadas en muchos casos a la Iglesia, y concretamente al Opus Dei,
como el propio Presidente de la FESBAL (Federación Española de Bancos de
Alimentos) o el caso de Manuel Pérez Hernández, presidente del Banco de
Alimentos de Las Palmas de Gran Canaria.
Venimos a denunciar la falta de transparencia en la gestión de los
bancos de alimentos, en la distribución y el reparto, provocando la escasez de
determinados productos y la caducidad de otros, la carencia de productos
frescos de primera necesidad, la dificultad para obtener la ayuda de alimentos,
la duplicidad de los papeleos y comprobaciones, poniendo en riesgo la
privacidad y la dignidad de las personas obligadas a solicitar ayudas que en
realidad son derechos universales (techo, comida, energía, agua...)
Desde las empresas que utilizan este medio para
eliminar excedentes del mercado y así mantener los precios (aparte de desgravar
impuestos, mejorar la imagen de empresa y socavar al pequeño comercio en los
barrios mas desfavorecidos), hasta los personajes que se aprovechan de
convertir la pobreza en un espectáculo, pasando por las instituciones políticas
y religiosas que lo utilizan para hacer proselitismo, construir redes
clientelares y en su labor de contención social, las donaciones de alimentos
perpetúan la pobreza, convirtiendo en algo natural la caridad, el hecho de que
en Canarias cada vez exista gente mas rica y mayor número de pobres y no
cuestionando en ningún momento que el problema real es el mal reparto de la
riqueza.
Reivindicamos una vez más, el reparto justo de la riqueza como única
alternativa para terminar con la pobreza, es preferible que las grandes
empresas que operan en las islas, en vez de regalar comida, dejen de
beneficiarse de las numerosas ventajas fiscales que disfrutan en Canarias y
paguen más impuestos. Tienen que ser las instituciones públicas quienes
garanticen el reparto equitativo de los excedentes alimentarios (incluyendo las
miles de toneladas de productos canarios que se desperdician) y se tiene que
establecer, de una vez por todas, una Renta Básica que garantice una vida digna
a todas las personas y acabe con la indigna caridad.
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